Por PedroLuiz Ibarra

Las recientes órdenes ejecutivas firmadas por Donald Trump, que eliminan el reconocimiento de identidades trans y desmantelan programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el gobierno federal, marcan un retroceso preocupante para los derechos humanos. Estas decisiones no solo limitan derechos fundamentales, sino que envían un mensaje alarmante para las comunidades históricamente vulneradas.
En este contexto, donde también vemos a figuras como Marco Rubio eliminando opciones de género no binario en documentos oficiales y suspendiendo aplicaciones con géneros distintos a masculino y femenino, las empresas y sus líderes enfrentan una decisión crucial: mantenerse firmes en su compromiso con la inclusión o ceder ante las presiones políticas y sociales que buscan deslegitimar los avances logrados.
En los últimos meses, hemos sido testigos de decisiones corporativas que van en ambas direcciones. Compañías como Meta, Walmart y BlackRock han reducido o eliminado programas DEI, citando la necesidad de adaptarse a un entorno político hostil o evitar conflictos legales. Sin embargo, también hay ejemplos inspiradores de liderazgo que demuestran que el compromiso con la diversidad sigue siendo una prioridad ética y estratégica.
Un caso reciente es el de Costco, donde sus accionistas votaron abrumadoramente en contra de una propuesta que buscaba evaluar los riesgos de mantener las políticas de diversidad e inclusión de la empresa. Con más del 98% de los votos rechazando esta propuesta, Costco envió un mensaje claro: su compromiso con los valores de inclusión y equidad no está en debate, incluso en un entorno político complejo.
Este resultado refleja una tendencia alentadora entre los inversionistas, quienes, según Lindsey Stewart, directora de investigación de Morningstar Sustainalytics, han mostrado una baja disposición a respaldar resoluciones contrarias a las políticas DEI. Costco, con más de 300,000 empleados en todo el mundo, se erige como un ejemplo de cómo las empresas pueden mantener su posición firme en favor de la inclusión, incluso bajo presión.
Por otro lado, estudios recientes muestran que los consumidores también están observando. Según Amazon Ads, el 67% de los consumidores considera importante que las marcas promuevan la diversidad, y el 46% elige activamente aquellas que demuestran este compromiso. Sin embargo, el informe de Kantar revela que solo el 0.047% de la facturación de las grandes empresas se destina a iniciativas DEI, un porcentaje que debe aumentar si queremos construir un futuro más justo.
Hago un llamado directo a los líderes empresariales: este es el momento de demostrar que su compromiso es genuino. No se trata de marketing ni de tendencias pasajeras; se trata de valores y coherencia. Construir espacios seguros para todos sus colaboradores, mantener programas de inclusión y ser aliados visibles de los derechos humanos son decisiones éticas y estratégicas. Las acciones que tomen hoy no solo definirán su reputación, sino también su legado.
Costco nos recuerda que es posible liderar con integridad y no ceder ante las presiones antiderechos. Sigamos su ejemplo. Este es el momento de estar del lado correcto de la historia, demostrando que en nuestras empresas no hay espacio para la discriminación ni para retrocesos.
O todos somos o somos nadie.
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