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La paradoja del esfuerzo: por qué trabajar más no significa lograr más

  • Kiik Consultores
  • 14 oct
  • 3 Min. de lectura

Escrito por: KIIK Consultores


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El éxito profesional siempre lo hemos medido por la cantidad de horas que alguien pasaba conectado, en la oficina disponible o cansado. El tema era muy simple ¿no? más esfuerzo, más resultados. Pero la realidad actual demuestra lo contrario.Hoy, las empresas que siguen premiando la sobre exigencia están perdiendo el verdadero activo que sostiene los resultados sostenibles: la energía del colaborador.


Según el informe 2023 de la American Psychological Association, el 92 % de las personas considera muy importante trabajar en una organización que valore su bienestar emocional y psicológico. El mismo porcentaje espera apoyo real para su salud mental y, aún más revelador, el 95 % dice que necesita sentirse respetado y que se respeten sus límites entre trabajo y vida personal. Las cifras hablan por sí solas: no se trata de trabajar más, sino de trabajar mejor y más inteligente.


En nuestra sesión “Enfoque a Resultados” con Mario Gzz, exploramos la paradoja del esfuerzo: la idea de que más horas no siempre se traducen en más logros. Pasar de medir presencia a medir impacto, y de confundir “estar ocupado” con “ser efectivo”.

Aquí  es donde entran los OKRs (Objectives and Key Results), una herramienta que empresas como Google y LinkedIn utilizan para alinear propósito con resultados medibles. Los OKRs obligan a definir qué importa de verdad y cómo sabremos que lo logramos. No se trata de llenar listas infinitas de pendientes, sino de identificar los pocos objetivos que, si se cumplen, cambian el juego.


Mario compartió un concepto que me parece poderoso: trabajamos en ciclos naturales de energía de 90 a 120 minutos. El cuerpo (y la mente)  no están diseñados para mantener un enfoque profundo por ocho horas seguidas.Enfocarnos intensamente durante un bloque, luego hacer una pausa activa para recuperar energía. Se convierte en una estrategia de rendimiento. Este es el principio de la gestión energética, una práctica que reemplaza la obsesión por el tiempo con una mirada más humana sobre la energía que cada persona puede sostener sin quemarse.


Cada semana tiene 168 horas. El ejercicio del time audit consiste en analizar cómo usamos realmente ese tiempo: qué nos da energía, qué la drena y cuánto de nuestra semana se invierte en tareas que no nos acercan a ningún resultado relevante.

Este tipo de conciencia revela algo incómodo: no nos falta tiempo, nos falta enfoque.Y el enfoque solo aparece cuando hay claridad, descanso y propósito. (Esta semana compartiremos en nuestras redes sociales ésta herramienta a detalle, síguenos como @kiikconsultores en instagram o Linkedin)


El liderazgo moderno ya no se mide por cuánto aguantas, sino por la energía que generas en los demás.Y un equipo que solo trabaja desde la exigencia no innova, solo cumple.


El verdadero reto para las organizaciones hoy no es aumentar la productividad, sino crear sistemas que protejan la energía de las personas.Porque, como aprendimos en la sesión:

“Si no cuidas la energía, los resultados terminan cuidándose solos... pero porque se apagan.”


No se trata de reducir ambición, sino de redirigirla con inteligencia. De pasar del control al propósito, del cansancio al enfoque, del hacer por hacer al hacer con sentido.

Prácticas como los OKRs, la gestión energética y los descansos conscientes dejan de ser “nice-to-have” y se vuelven una prioridad estratégica para quienes quieren construir culturas sostenibles.


(Puedes ver a Mario Gzz explicar este tema completo en el video que compartiremos esta semana en nuestras redes.)


 
 
 

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