Bienestar en el Trabajo: La Inversión que lo Cambia Todo
- Balbina Abrego
- 6 may
- 3 Min. de lectura
Por Balbina Abrego

El bienestar suele ser de las primeras cosas que dejamos a un lado, o bien, sacrificamos, para poder cumplir con todas nuestros pendientes laborales. Y desafortunadamente, muchos todavia vemos el bienestar como un “extra” y no como una prioridad en nuestras vidas.
Hace poco leí un reporte de McKinsey & Company junto con el Foro Económico Mundial que se llama “Thriving Workplaces: How Employers Can Improve Productivity and Change Lives”. El título lo dice todo: las empresas tienen el poder de influir en la calidad de vida y mejorar la productividad — pero requiere compromiso real.
Otro reporte, el State of the Global Workplace 2025 de la consultora Gallup confirma que vamos en la dirección opuesta: solo el 21% de las personas a nivel global se sienten comprometidas con su trabajo. Especificamente en México, el 40% de los colaboradores reportan estar estresados diariamente y solo el 32% se siente verdaderamente comprometidos con su trabajo. Tomando en consideración estos datos, me pregunto, ¿cómo quieren las empresas lograr grandes resultados si su gente está estresada, desconectada y desmotivada?
¿Y si el bienestar fuera LA estrategia de negocio?
El reporte de McKinsey plantea que, si las empresas realmente invirtieran en la salud integral de su gente, podríamos generar hasta 11.7 billones de dólares en valor económico a nivel global. Pero más allá de los números, esto habla de algo mucho más profundo: cuando una persona se siente bien, se nota en cómo trabaja, cómo colabora y cómo se relaciona. Y cuando no, también se nota.
Bienestar integral, no solamente significa consultas de nutrición y ejercicio
A veces pensamos que hablar de bienestar es tener un gimnasio en la empresa o poner snacks saludables en la cocina, pero va mucho más allá. Se trata de crear espacios donde la salud emocional, mental, física y social de las personas realmente importa.
Y lo más alarmante: solo el 57% de las personas que trabajan reportan experimentar el bienestar integral. Eso significa que casi la mitad está luchando por sentirse bien en su día a día.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Aquí algunos pasos que cualquier empresa puede empezar a aplicar:
Conocer cómo está la organización o tu equipo.
Diseñar iniciativas reales que conecten con lo que la gente realemente necesita.
Probar, medir y ajustar. Es un proceso y toma tiempo.
Involucrar a líderes que crean en esto (porque si no, no funciona).
Hacer del bienestar parte de la cultura y no solo un programa aislado.
Y agrego uno más: dejar de verlo como un “lujo”. En tiempos donde el estrés, el burnout y la desconexión son casi parte de la rutina, cuidar el bienestar es una necesidad urgente. Invertir en bienestar no solo es bueno para las personas, también lo es para el negocio: mejora la productividad, disminuye la rotación y hace que la empresa sea más atractiva para nuevos talentos. Pero sobre todo, crea un ambiente donde la gente quiere estar.
En un mundo donde todo cambia rapidísimo, lo que hace la diferencia son las personas. Las empresas que entienden esto y priorizan el bienestar no solo van a destacar, también van a construir un mejor lugar para trabajar y vivir.
¡Te invito a hacer que tu empresa sea un mejor lugar!
Si tienes un rol de liderazgo, de cultura o simplemente quieres impulsar un cambio positivo, empieza la conversación. Pregunta cómo se siente tu equipo, observa lo que está pasando y atrévete a probar cosas nuevas. No necesitas tener todas las respuestas —solo empezar la conversación.
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